La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad del aparato respiratorio caracterizada por una obstrucción irreversible de las vías respiratorias, de diversos grados dependiendo de la gravedad. La enfermedad (conocida en inglés como Copd, Chronic obstructive pulmonary disease) suele ser progresiva y se asocia a un estado de inflamación crónica del tejido pulmonar. La consecuencia a largo plazo es una remodelación real de los bronquios, lo que provoca una reducción significativa de la capacidad respiratoria. Los principales síntomas de la EPOC son tos y dificultad para respirar, a veces acompañada de sibilancias. La disnea aparece gradualmente durante varios años y en casos graves puede limitar las actividades diarias normales. Por lo general, estas personas son propensas a infecciones crónicas del tracto respiratorio, que ocasionalmente causan recaídas acompañadas de síntomas agravados. A medida que la enfermedad progresa, estos episodios tienden a ser cada vez más frecuentes. La principal herramienta diagnóstica para la EPOC es la espirometría, que permite medir la capacidad pulmonar residual. No existe una cura efectiva para la EPOC que le permita restaurar la función respiratoria perdida: sin embargo, hay una amplia gama de tratamientos para controlar la enfermedad. Además de los fármacos, existen otras posibilidades terapéuticas, como la oxigenoterapia, es decir, la administración de oxígeno puro, y la ventilación mecánica, que compensa la insuficiente actividad respiratoria