El cáncer, más comúnmente llamado tumor, es un crecimiento anormal de células que puede originarse en un órgano o un tejido. El paciente neoplásico presenta con frecuencia, desde el inicio de la enfermedad, una pérdida de peso con una incidencia variable en función de la localización, el tipo y la fase de la enfermedad. Los pacientes con mayor riesgo de desnutrición energético-calórica son aquellos afectados por tumores que afectan el tracto gastrointestinal (estómago, páncreas, colon y recto) y el área de la cabeza y el cuello. Con la evolución de la enfermedad, se produce un deterioro progresivo del estado nutricional debido al efecto directo del crecimiento del tumor en detrimento de los tejidos del organismo, debido a los mecanismos metabólicos que se desencadenan por la interacción tumor-huésped o como consecuencia de tratamientos oncológicos.