Las discapacidades específicas del aprendizaje (SLD, por sus siglas en inglés) se refieren a un grupo de discapacidades en el que surgen dificultades significativas en la adquisición y el uso de la lectura, la escritura y el cálculo. La principal característica de esta categoría es precisamente «la especificidad», es decir, el trastorno afecta a un dominio específico y limitado de habilidades esenciales para el aprendizaje (lectura, escritura, cálculo), dejando intacto el funcionamiento intelectual general. Esto significa que para ser diagnosticado con dislexia, el niño no debe tener déficits de inteligencia, problemas con el entorno o psicológicos, déficits sensoriales o neurológicos. Enumeramos los más comunes y recurrentes:
1. Dislexia La dislexia es una discapacidad de aprendizaje específica caracterizada por la dificultad para realizar una lectura precisa y/o fluida.
2. Disortografía La disortografía es uno de los trastornos específicos del aprendizaje que concierne al componente constructivo de la escritura, por lo que está vinculado a aspectos lingüísticos, y consiste en la dificultad de escribir correctamente a partir de un punto de vista ortográfico.
3. Disgrafía La disgrafía se refiere al componente ejecutivo, grafomotor (escritura poco legible); se refiere a la dificultad de escribir sin problemas, de manera rápida y efectiva.
4. Discalculia La discalculia se refiere a la dificultad para comprender y trabajar con números y la dificultad para automatizar algunas tareas numéricas y de cálculo.